viernes, 24 de noviembre de 2017

Con que tijera estan siendo cortados los chicos?




Me pasa como educadora (madre y docente) que veo a los ninos, adolescentes y jóvenes inmersos en la tecnología y me hago preguntas, y "les" hago preguntas también, pero se me quedan con ojos grandes mirando y muchas veces no saben que responder.

Es que todo lo que "entra" por nuestros ojos, va directamente al cerebro y allí procesamos la experiencia y la bajamos al corazón.

Si tus ojos son la puerta de entrada al corazón, deberíamos ser cuidadosos en lo que vemos, y oímos.
Si alimentamos el corazón por lo que "entra" pór nuestros ojos, y vemos....la pregunta es:

Que alimento le estas dando tu mismo a tu cerebro/corazón?

Veo una generación que esta siendo "cortada" con una tijera que "alguien" maneja a su propio antojo e interés.
Me opongo a que mis hijos y mis alumnos sean "cortados" por esa tijera. Me opongo rotundamente.
Quiero que tomemos el valor y la autoridad como educadores y "tomemos la tijera por el mango" y elijamos nosotros, dependiendo de la edad, el alimento que "nutra" el corazón de nuestros pequeños, y a medida que van creciendo ir dándoles las herramientas a ellos mismos para que "puedan elegir" lo que quieren consumir. Que sean capaces de "discernir", de separar lo que es "verdad" de lo que es mentira, o falso, que aprendan a "pensar" por si mismos y ser "críticos" de lo que leen, ven o escuchan.

En Proverbios, capitulo 1 dice que: "Los proverbios son buenos para entender sabiduría, para conocer razones prudentes, justicia, juicio y equidad. Ademas les da a los jóvenes inteligencia, cordura, aumenta el saber y les da consejos. El que quiera empezar a ser sabio, deberá reconocer que Dios existe y dejar de darle la espalda, empezar a ser mas consciente de El, y de lo que quiere para su vida"  (versión libre)



Educadores, tomemos las tijeras por el mango, y seamos nosotros quienes "recorten" la mejor versión de nuestros jóvenes, y a su vez sigamos con perseverancia "adiestran dolos" para que ellos sepan usar esas tijeras, y no sean recortados por "los otros" a su propio gusto e interés

Natalia Manago