“Adolescentes…estamos
en el horno!”
Si quieres
saber por qué empieza a leer… (termina bien no te preocupes!)
La
adolescencia es una etapa en la vida donde uno va dejando gradualmente de ser
un niño y se va convirtiendo en adulto. Yo lo definiría como un “eslabón” entre
la niñez y la adultez donde uno no es ni chico ni grande. Se me ocurre esta ilustración:
Cuando
quieres hacer una torta, lo haces en tres etapas: Primero: mezclas sus
ingredientes: leche, chocolate, huevos, harina, manteca. Has jugado alguna vez
con esta mezcla? Yo sí! Y hasta la he probado, y sabe riquísima! Recuerdo que
cuando era niña le pasaba el dedo al bowl donde mi mamá hacía esta mezcla y me
lo chupaba a escondidas. A esta etapa de la torta la comparo con la niñez:
altamente divertida, y disfrutable.
La segunda
etapa en el proceso de la torta es cuando la metes a cocinar en el horno. Allí
está encerradita, tomando temperatura elevando la masa, explotando sus grumos,
adquiriendo un nuevo color. No la puedes probar en este momento pues “no está
cocinada”. Digamos que está “a medio hacer”. Esta etapa la comparo con la
adolescencia.
El
adolescente está “a medio hacer”. Empieza con sus cambios típicos: crecimiento
de estatura, aumento en la grasa corporal, crecimiento de los músculos, etc. En
los varones aparecen los vellos en la cara, en los genitales y en las axilas.
Mientras que a las chicas, además de la aparición del vello, y el crecimiento
de las mamas, ellas comienzan con su primera menstruación.
Y queridos
adolescentes quiero decirles que los cambios no son solo físicos. Estos cambios
físicos vienen acompañados de cambios en el pensamiento, es decir en la manera
de razonar. Ahora empiezas a razonar desde lo abstracto y formal. Ahora pueden
entender cuestiones que cuando eran niños les resultaban imposibles.
Son una
especie de “torta a medio cocer” Los ingredientes están, se van mezclando y van
tomando forma de a poco. Se nota que no están terminados, y que están creciendo
gradualmente.
Si eres un
pre a adolescente quiero darte dos noticias. Una buena y una mala.
Empiezo con
la mala: Estás en el horno. Sos como esa
torta a “medio cocinar”. Habrá días de “horno caliente” donde tendrás
pensamientos confusos, donde te sentirás enojado con tus padres, donde te
sentirás irritado, frustrado, y abatido.
Y habrá días de alegría y jolgorio. Pero tranquilo. Esta etapa tiene un
comienzo y tiene un final. Los cambios que se están produciendo, los
sentimientos que estás teniendo hacia tu cuerpo, hacia ti mismo y aún hacia tus
padres durarán mientras estés en el horno.
Anteriormente
te dije que tenía dos noticias. Ya te di la mala. Estás esperando la buena?
La buena
noticia es que no estás solo en el horno. Hay alguien acompañando tu proceso.
Proceso que es único, que solo tú sabes cómo se siente.
Recuerdas
la historia de Daniel en el horno de fuego?
Él estaba
allí con sus dos amigos. En el horno. Y junto a ellos se veía la sombra de un
cuarto hombre. Sabes quién era? La persona divina de Dios. Él no los cuidó
desde el cielo, Él mismo en persona se agachó desde el cielo y se metió en el
horno a acompañarlos, a cuidarlos y protegerlos. Dice la Biblia que “ni sus
ropas se machucaron por el fuego”
Chicos,
esta etapa, la adolescencia con todos sus cambios no dura para siempre pero es
necesaria para convertirse en joven. Es así como la oruga se convierte en
mariposa. Salir del capullo es un trabajo individual y doloroso. Pero necesario
para convertirse plenamente en aquello para lo cual fue creado.
Dios es tu
Dios cercano, tu Emanuel (Dios con nosotros) y “está a tu lado todos los días
hasta el fin del mundo”.
Tomate
fuerte de Su mano mientras estás en el horno y saldrás ileso con tus ropas intactas!
Dios te
dice: “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo” y si te pones en
Sus manos serás un adolescente que marque la diferencia entre los que te rodean.
Vamos! Te
animo a atravesar la adolescencia abrazado a la panza de Dios, como un niño se
abraza a su superhéroe para salir de un edificio en llamas como se ve en tantos
cómics. Así puedes agarrarte de tu Dios.
Ahora sí,
que te parece si comemos una porción de torta?
Glup!
Me haces un
favor? Toma un lápiz y subraya en este texto todas las frases que te han hecho
pensar, y elige una que te haya reconfortado o desafiado y escríbela en estos
renglones.
Si me
quieres expresar tus opiniones puedes hacerlo escribiendo a nataliamanago@gmail.com
Dios te
bendiga!
Natalia
Managó
muchas gracias Natalia, me encantó tu devocional, saqué varias ideas de él para darles a los prejovenes de mi iglesia un devocional este domingo, será mi primer devocional así que estoy nervioso ya que llevo poco tiempo como cristiano pero estoy seguro que Dios tomará control de mi y todo saldrá bien , saludos desde Cuernavaca, México y Dios te bendiga.
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