domingo, 22 de septiembre de 2013

Devocional para niños basado en Juan 10:10


La campera nueva y sin estrenar de Cristian

Cristian pasaba cada día por la vidriera de un local de ropa y miraba con admiración aquélla campera deportiva. Se la veía súper abrigada, de color azul, su favorito y hasta el talle parecía que le quedaría perfecto! Qué bien luciría con esa campera. En cambio la que llevaba puesta era una viejita, con los colores gastados, sucia del uso y ya le quedaba corta de mangas.

El problema era el precio. Estaba etiquetada a un valor altísimo porque era una campera de la marca más sofisticada. Realmente era inalcanzable para Cristian.

Cuando llegó el día del cumpleaños de Cris, su abuela Ludovica, quien sabía cuánto ansiaba Cristian aquella campera, se acercó a la tienda y la compró. Usó todos los billetes que tenía en su billetera! Pidió que la envolviesen para regalo y muy contenta se llegó a la casa de su nieto para regalársela.

Imaginen la cara de Cristian cuando abrió el paquete!!! N podía creer que aquella campera que el ansiaba tanto detrás de un vidrio hoy estuviera tan cerca de él, entre sus manos!

Rápidamente se quitó la vieja campera y la regaló. Ya no la necesitaba más, luego colgó la campera en una percha y la dejó bien visible en su habitación. No se atrevió ni siquiera a probársela aquél día. Tampoco lo hizo el segundo, ni el tercero, ni la próxima semana, ni la siguiente.

El frío ya estaba instalado en la ciudad donde Cristian vivía, y los paseos de su casa a la escuela en bicicleta se hacían cada vez más difíciles, pues su cuerpo tiritaba de frío…mientras su campera nueva, abrigada, y acolchadita permanecía allí, colgada en la percha, reluciente, sin ser aprovechada.

Por qué Cristian no se ponía la campera siendo que la había deseado tanto? Por qué se conformaba con solo tenerla allí colgada? Le era útil de esta manera?

Sabes, esta historia de Cristian y su campera nueva sin estrenar me recuerda a la vida nueva que Jesús nos regaló.

Nosotros no podíamos comprar la salvación. No teníamos nada con qué pagar! Ser buenos, portarnos bien jamás alcanzaría para ser salvos, porque siempre algo malo tenemos: un pensamiento, una mala actitud…

Entonces Jesús, que es el único limpio y sin mancha, ofreció su vida en la cruz y así pagó la salvación para nosotros. Y junto con la salvación nos dio la “vida abundante” para que vivamos con paz, con gozo, caminando en buenas obras, con victorias, con su ayuda, con su guía, etc.

El problema es que a veces nos conformamos con la salvación y tenemos “colgada de una percha” la vida abundante comprada en la cruz, de “vista” sin estrenar.

Y mientras está allí esperando a ser vivida, andamos tristes por la vida, cometiendo errores, sin esperanza, sin ayuda, sintiéndonos solos, llenos de preguntas, con desánimo, y con miedo a todo.

Que no nos pase como a Cristian! La “vida abundante” que Jesús compró para ti en la cruz a un alto precio: su vida, está “lista” para ser vivida.

“El ladrón vino para matar, hurtar y destruir, pero YO he venido para darles VIDA, Y VIDA EN ABUNDANCIA” Juan 10:10

No es lo mismo tener una campera colgada en una percha que tenerla puesta, no?

De la misma manera no es lo mismo ser salvo, que vivir la “vida abundante”. Vístete tus ropas de cristiano! Vamos! Hay una vida abundante y llena de aventuras de la mano de Jesús!
 
(Este dibujo lo hizo la autora mientras creaba el devocional que estás a punto de leer. Ilustra bastante el contenido del mismo y lo incluímos porque nos pareció divertido! Se ve un abrigo en la viedriera, otro en una percha y luego se ve a un niño que el abrigo puesto...si quieres entender de qué se trata lee el devocional!)