Devocional sobre el "CUCO", serie en 6 pasos

Mi tiempo con DIOS…en 6 sencillos pasos

1-    Ora a Dios para que en los próximos 10 MINUTOS hable directo a tu corazón.

Abre tu Biblia en: Salmo 56:3 “Pero cuando tengo miedo, en ti pongo mi confianza”

2-    Lee el siguiente texto: "Cuidado con el CUCO"

Este fruto se llama COCO, y antiguamente se lo usaba

Para asustar a los niños por su formato similar a la de una cabeza

con 2 ojos y boca de susto.

En la actualidad se usa como palabra de referencia para nombrar a la

“cabeza”, como cuando decimos: “se te va a romper el coco” o “me duele el coco” .

La palabra COCO fue transformándose hasta llegar a CUCO y desde hace muuucho tiempo, las nanas la utilizaban para asustar a los niños que eran rebeldes para dormirse. Ha sido y es parte del folklore de la cultura anglosajona.

Ellas les cantaban: “duérmete niño, duérmete ya, que si no el CUCO te llevará”.

Pero lo cierto es que el CUCO no existe, era una simple fruta, de cáscara dura, con 3 agujeros y un delicioso sabor.

3-    Medita en tu corazón:

  Quién no le ha temido al CUCO?? Cuántos niños viven  presos de este pensamiento de fantasía que no los deja estar solos en una habitación, dormir tranquilos, o permanecer con paz en medio de la oscuridad.

Esos niños viven esclavos del miedo, como si el CUCO existiera realmente porque desconocen la verdad de esta fábula que se ha contado de boca en boca a lo largo de los años!

Cuando Jesús dice que “conocer la verdad te hace libre” (Juan 8:32) tiene razón!!!

He escuchado historias de niños que han pasado gran parte de la noche atemorizados por una silueta de fantasma, que al encender la luz se dieron cuenta que era nada más ni nada menos que un saco colgado de un perchero!  La luz los hizo libres del miedo!

  Conocer la verdad acerca del CUCO, que jamás existió, sino que era una fruta, te debe hacer sentir que estás rompiendo las cadenas que te mantenían atado y preso del miedo a algo que jamás ha existido!

Y si todavía existen cosas a las que le temes, siempre tendrás la presencia de Dios disponible para recurrir en tiempos de miedo. Vuelve a leer el texto bíblico y trata de memorizarlo para esos momentos.

4-    Escribe lo que crees que Dios te acaba de enseñar con esta historia.

5-  Ora a Dios y pídele que te ayude a recordar la enseñanza que te acaba de dar.