POBRE POBRE!
"Había una vez un hombre que vivía en el país más pobre del mundo. Allí la gente vestía túnicas claras, sin colores, y turbantes. Comían cereales, nada de carne y no conocen el jugo ni las gaseosas.
Este hombre vivía en un rancho con techo de chapa. Las chapas estaban agujereadas, por lo que cuando llovía se mojaba él y sus pocas pertenencias. Dormía sobre unas colchas en el suelo, y por mesa tenía un cajón de manzanas. Por supuesto se sentaba en el suelo, pues no tenía sillas.
Una vez por mes recibía un sobre color café en la puerta de su choza. Jamás le interesó saber de qué se trataba, pues comida y dinero que era lo que más necesitaba no eran. Asique acumulaba los sobres y los usaba para hacer fuego y mantenerse caliente por las noches.
Vivía en la extrema pobreza. Solo. Con hambre. El día era perfecto cuando tenía un puñado de arroz para comer, pues lo habitual era pan con agua y a veces leche.
Así transcurrieron sus días, en la miseria y la enfermedad. Un día se enfermó de algo muy simple pero que por la falta de medicamento se empeoró, y se agravó a tal punto que ya se encontraba cerca de la muerte.
Mientras estaba en el hospital, el doctor revisó su documento, aquel que llevaba en un bolsillo de su pantalón viejo. Tomó nota de sus datos y comenzó a buscar en sitios de internet, en embajadas, y por radio a algún miembro de su familia para avisar que este hombre estaba a punto de morir.
Cuenta el doctor que la mañana que este pobre hombre murió, recibió una llamada de un familiar lejano, en la otra punta del planeta. Se trataba de un tío que comentó que aquél hombre era el único heredero de una familia rica y que le extrañaba que jamás había reclamado su herencia la cual le era suministrada mensualmente.
El pobre hombre recibía cada mes un sobre con un cheque por una suma enorme en dólares pero jamás abrió uno solo, porque pensaba que adentro no encontraría la ayuda que él estaba necesitando." (Natalia Managó)
Esta historia me hace pensar en muchos hijos de Dios que viven como pobres, cabizbajos, desalentados, desanimados, sin fuerzas, deprimidos, ansiosos, nerviosos, tristes, y tantas cosas negativas más. Dios tiene preparadas soluciones, estrategias, claves, y principios para cada una de las cosas que necesitamos o que atravesamos. Están en la Biblia y se llaman PROMESAS.
Pero nosotros, a veces actuamos como este pobre hombre: no queremos abrir los sobres! No queremos abrir la Biblia y leer esas promesas, creerlas y esperarlas.
Entonces nos perdemos TODA LA RIQUEZA que Dios dejó para que vivamos bien, con nuestra cabeza alta, alentados, animados, fortalecidos, gozosos, calmos, con paz, contentos y tantas cosas positivas más!
Que la historia de este pobre hombre nos ayude a buscar en la Biblia las promesas que Dios nos dejó para vivir como RICOS ESPIRITUALMENTE y no pobres. Dios nos hizo muchas PROMESAS! Solo hay que leer la Biblia y encontralas!
Te dejo una para comenzar: busca MATEO 6:33 en una Biblia de una versión sencilla y comienza a creer esa PROMESA y a vivir de acuerdo a ella!
BUenisimo Naty !!!!!!!!!!! me hizo acordar de mis enojos cuando lei el hijo prodigo.
ResponderEliminarHasta que pude enteder justo lo que habla en este devocional .
Sobre que Dios nos hizo promesas ,que hay que encontrarlas y reclamarlas .
Te quiero mucho !!!!!!!!
Gracias Lore! es así! Anoche los chicos me decían que es igual a cuándo ellos me reclaman a mí una promesa que yo les hice. Lo hacen con insistencia, y en el fondo saben que voy a cumplir, pero no quedan quietos hasta que no lo consiguen. Así deberíamos reclamarle al Señor, sabiendo que Él cumple siempre, no?
ResponderEliminarExcelente historia...lo de estar "reclamando" las promesas...discutible por lo menos, promesas son promesas, los humanos olvidamos las nuestras y tienen que estar recordandonoslas, nose si Dios tenga necesidad de lo mismo, no lo creo. Saludos.
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