LA MOCHILA DE LAS BURLAS
Es muy común que haya peleas dentro de las aulas a causa de las burlas, las gastadas, los chistes, etc. Generalmente el tema de la discordia se evapora junto con el horario de regreso a casa, aunque no en el corazón de todos.
Un día conocí a un niño con un corazón muy bello pero herido. Había soportado el desprecio y las burlas de sus compañeros por mucho tiempo. Lo cargaban diciéndole cosas relacionadas a su cuerpo, su corte de pelo, su manera de caminar y de patear la pelota. Parece que aquellos chicos encontraban siempre una excusa para reírse de este niño.
El pobre niño era como si cargara una mochila con cada palabra de crueldad que recibía de parte de estos compañeros. Sentía tanta vergüenza cuando ellos hablaban de él que hasta le parecía que sus risas eran sacadas de una película de terror. Había acumulado tanta rabia que había empezado a lucubrar distintas maneras de deshacerse de ellos. En el fondo se sentía mal por tener esos pensamientos pero su corazón se había empezado a enfermar de odio por no poder poner fin a esta situación de vergüenza, desprecio y dolor.
El niño de esta historia creía que nadie lo entendía, de hecho sentía tanto dolor en su corazón que ni siquiera deseaba hablar de este tema con nadie.
El día que lo conocí estábamos en una reunión especial de Semana Santa en la Iglesia, y el pastor había pedido que abriéramos nuestras Biblias en el libro de Isaías, capítulo 53 cuando leyó:
“Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo”
Estaba hablando del protagonista de la Pascua, de Jesús, y contaba que si hubo alguien que sufrió desprecio, burlas y rechazo ese fue Jesús. Y no solo eso! Era un experimentado en sentir dolor en el corazón, Jesús sabía muy bien lo que significaba la vergüenza, la humillación y el rechazo de los de alrededor. Y teniendo poder para ponerle fin a todo eso no lo hizo por amor a todos nosotros.
Este niño mientras oía al pastor comenzó a llorar, tan fuerte que el pastor hizo un silencio en medio de su sermón. Se bajó del púlpito, dejó el micrófono y se acercó con pasos lentos hacia donde el niño estaba sentado. Puso su mano sobre la cabeza del niño y dijo:
-“Por qué acumulas tanto dolor, si Jesús ya lo cargó todo por ti en la cruz? Despréndete del dolor como si fuera una mochila que tienes colgando en la espalda. Quítatela y déjala hoy mismo a los pies de Jesús. ÉL conoce tu dolor, desde antes y ya lo cargó por ti. Quítate esa mochila hijo. Jesús está aquí”
Si estás sintiendo un dolor profundo, recuerda que Jesús ya conoce ese dolor tuyo y lo ha experimentado en carne propia por ti. Déjaselo a Él, ora a Jesús y entrégaselo ahora mismo. Quítate esa mochila que quizás llevas llena de burlas, desprecios, enojos, injusticias, y tu dime qué más.
Si quieres dibuja sobre un papel una mochila y escribe los nombres de las cosas que te han dolido. Luego recórtala y ora levantando ese dibujo como si lo estuvieras entregando a Jesús y luego rómpelo en muchos pedacitos al finalizar tu oración.
Verás que después de haber vaciado tu mochila de estas cosas feas te sentirás más liviano!
Agradece a Jesús por llevar tus cargas!
(Note para los padres: este es el primer paso de varios relacionado con el BULLYING (acoso escolar). Si te interesa este tema y necesitas algún consejo escribe a diezminutoscondios@hotmail.com )
(Note para los padres: este es el primer paso de varios relacionado con el BULLYING (acoso escolar). Si te interesa este tema y necesitas algún consejo escribe a diezminutoscondios@hotmail.com )
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