VIERNES SANTO: el día que Jesús pago por ti y por mí.

Un pastor tiene 100 ovejas en su prado, su vecino tiene una. Las cien ovejitas enfermaron un día. Su sangre se contaminó con una bacteria y ahora necesitan una tranfusión de una oveja saludable.
El pastor pide ayuda y está desesperado, pues sus cien ovejas morirán pronto.
El vecino mira su única oveja, observa su lanita blanca y limpia, su mirada dulce y amorosa y le cuesta tomar la decisión de entregarla. Es la única que podría salvar a las cien ovejas pues es la única sana, pero es también es la única que tiene!
Al final, toma la oveja entre sus hombros y se acerca al campo de su vecino, golpea las manos. Sale el vecino preocupado por la enfermedad de las ovejas, le abre la tranquera y ve el acto de entrega más difícil para este hombre y mas felíz para él: una oveja sana! Para salvar a las suyas!
No sabe cómo agradecerle, toma rápidamente a la oveja sana y se la lleva para comenzar la tranfusión.
Las cien ovejas se sanaron rápidamente con la sangre de la oveja sana. Pero la pobre no resistió la debilidad y murió.
Todos festejaban en el campo de las cien ovejas! Estaban todas sanas y salvas. Costó la vida de una ovejita noble, saludable y pura, la única de su amo, quién fué tan bondadoso y amoroso que la entregó para rescatar a las otras.
De la misma manera que el pastor de la ovejita, Dios entregó a su hijo, al único que tenía, al "sano y limpio" para rescatar al mundo que se encontraba "enfermo de pecado" y no tenía cura.
La Biblia dice:
"Dios amó tanto al mundo que entregó a su único hijo, para que todo aquel que crea en Él, no se pierda sinó que tenga vida eterna"

En un viernes como el de hoy Jesús daba su vida en una cruz por amor a la humanidad, por amor a ti y a mí.