EL CASCO DE DOLORES |
Dolores estaba aprendiendo a andar en bicicleta sin rueditas. Era todo un desafío para ella, como también para su padre que oficiaba de instructor. En una de sus prácticas fueron por unas callecitas que subían y bajaban al costado del asfalto.
El paisaje era precioso y todo estaba tranquilo para la práctica. Dolores lo estaba haciendo cada vez mejor y ya se sentía muy segura de estar manejando la bicicleta por sí misma, sin la ayuda de su papá.
En un momento dio vuelta en la esquina y se encontró con una bajada más pronunciada. Allí empezó el descenso súbito que provocó tanto temor en Dolores que perdió el control de la bicicleta. Descendió a tal velocidad que terminó cayéndose hacia un costado, quedando debajo de su bicicleta, con las ruedas hacia arriba aún en movimiento.
Su padre venía corriendo detrás de ella, cuando la alcanzó, levantó la bicicleta para poder asir su mano y ayudarla a ponerse de pié. Dolores esta entera. Cuando su papá le sacó el casco, observó que éste estaba con un tremendo rasguño y enseguida se imaginó lo que hubiera pasado si Dolores no lo hubiera llevado puesto.
El papá de la niña la abrazó fuerte y comenzó a dar gracias a Dios besando el casco por todos lados!
De la misma manera que haber obedecido la indicación del casco le salvó la vida a Dolores, así nos evitaríamos muchos problemas si acatamos con sumisión las órdenes que nos dan nuestros padres, los maestros, y las personas que están en autoridad sobre nosotros.
Me pregunto qué hubiera pasado si Dolores se hubiera burlado de su papá cuando esté le pidió que usara el casco antes de subirse a la bicicleta. Seguramente la historia sería distinta.
Hay un texto en la Palabra de Dios que dice que usemos el CASCO DE LA SALVACIÓN (efesios 6:17) para estar protegidos en todo tiempo. Y eso es lo que el Señor Jesús nos da si permanecemos cerca de Él y obedecemos sus consejos.
En proverbios dice:
‘Si te burlas de una orden tendrás tu merecido, si la obedeces tendrás tu recompensa’’ Proverbios 13:13
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Menos mal que no pasó a mayores, si no...más dolores para Dolores!
ResponderEliminarGracias a Dios por esos "cascos" incómodos pero necesarios para andar por la vida.
Y menos mal que hubo un papá que insistiera...
Gracias Naty!